Y... estoy de vuelta.


Buenos días, o quizá, buenas tardes... o buenas noches.

Llevo semanas pensando en volver a ponerme delante de mi ordenador y escribir como si no hubiera un mañana. Llevo tiempo, mucho tiempo, sin dejar ni una sola palabra salir de mi mente, y creedme, es muy difícil cuando estás acostumbrada a no callar.

No vuelvo por ningún motivo aterrador, ni siquiera por una gran inspiración, sino porque he sentido que necesitaba estar aquí de nuevo. Lo dejé porque no tenía de que hablar,  me dejé llevar por otras cosas y olvidé hacer lo que más me gusta y me refugié en otros hobbies. Pero estoy  de vuelta, y con ganas. No sé a qué tema me ataré, ni si quiera sé si mi actividad será diaria, pero vuelvo, necesito volver.

Empieza otra vez la magia...

Después de dos años de bachiller me he dado cuenta de lo bonito de estudiar humanidades y de todo lo que te enseña la literatura, la poesía, las palabras y toda la tradición que hay a nuestro alrededor.

Me he dado cuenta de que escribir puede salvar vida, o incluso quitarla, pero en todo caso, ha hecho felices a millones de personas que se sienten libres mientras escriben. Hoy, en mi vuelta, me centro en ellos, en todos aquellos que necesitan la literatura para desconectar, para dejar todo atrás y entrar en un mundo de fantasía que los lleve a otras dimensiones. Porque... ¿hay algo más bonito que soñar? Los libros nos hacen soñar y sus palabras nos hacen volar. ¿Quién no se ha emocionado leyendo una novela? ¿Quién no ha soñado mientras escuchaba recitar un poema? A eso voy... todos necesitamos las palabras para dejarnos llevar, para un día más seguir adelante y conseguir nuestra meta. 

Vuelvo con las pilas  cargadas, llena de ilusión  y con las puertas abiertas de la Universidad que me dará todo lo que necesito. Ahora me doy cuenta de la famosa frase que tanto escuché durante el Bachiller... "el saber no ocupa lugar" y yo quiero conocer todo lo que pueda y más.

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