Seguro que tú también.
¿Quién no ha pensado en rendirse alguna vez? ¿Quién no ha querido dejarlo todo y no saber nada más? ¿Quién no se ha sentido sin fuerzas para seguir?
Una y otra vez, día tras día nos
levantamos pensado qué podrá ocurrir, qué sorpresas, alegrías y tristezas nos
esperan.
Humanos, eso es lo que somos,
simples humanos que están aquí para vivir y que la vida les ha dado fuerza para
ello... pero, ¿qué pasa cuando las fuerzas van decayendo?
Yo, afortunada, he podido
aprender. He sabido que tenemos que ser fuertes, siempre, pase lo que pase.
Nunca llegué a pensar que se podía ser tan fuerte, que se podía ser tan grande.
¿Motivos para hundirnos? Seguro que todos tenemos demasiados, pero también
estoy totalmente segura de que todos tenemos algo por qué luchar, alguien por
quien sonreír. Doy gracias, lo encontré y por ellos lo daría todo; se llaman
amigos y se pronuncia hermanos. 'Los amigos son la familia que elegimos' dijo
una hermana. ¿Qué haríamos sin tener al lado a ese amigo que siempre se ríe
contigo? ¿y el que te cabrea? ¿y el de los chistes malísimos? y el más
importante, ¿qué haríamos sin ese amigo leal?
Leal, esa es la palabra. Quien
tenga un amigo así lo tiene todo. Cuesta encontrarlo pero al final se consigue,
lo digo por experiencia. Y se convertirá en tu hermano, reirá contigo, llorará,
te ayudará, te advertirá cuando te estés equivocando, te aconsejará el camino
por el cual debes ir, nunca dejará que te caigas.
Cuidemos de él mientras esté a
nuestro lado, es y será lo más valioso que tengamos, porque siempre habrá un
momento en el que no haya otra persona que pueda ayudarte y llegará en momento
que te tengas que aferrar a él.
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