"Pongamos que hablo de París"
Sin duda la ciudad que más amaba era París. Ciudad que me vio nacer, crecer, salir... pero como todo lo que amo, la destruí.
París me vio crecer siendo feliz, conociendo mundo. Sus cafeterías, sus libros, sus bibliotecas y sus enormes estanterías. Todo era perfecto. Todo era perfecto para mí y me enamoré. Me enamoré como se enamora un joven que sólo sueña, me enamoré tanto como un matrimonio anciano que no dejará jamás que se apague la llama. Pero me enamoré, me enamoré y enloquecí. Corrí por las calles de París sin mirar atrás, lo tiré todo, pisé sus flores, destruí sus aromas. Destruí lo que más amaba, ya me había acostumbrado y todo me sonaba igual. Yo quería amar, pero amar algo diferente. París me decía que no podía cambiar, todos la amaban así, mi París. Algo dentro de mi había cambiado.
La destruí.
Dejé que su luz se apagara, la luz que me vio nacer.
Dejé que se fuera toda su dulzura.
Quemé libros y destrocé estanterías.
No quería nada igual, y no me entendía.
París, mi París, la que me vio nacer... Como todo lo que amo, la destruí.
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