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Mostrando entradas de 2012

Dedicado a mi hermana, por casualidad...

Toda tú, siempre has sido tú, en ningún momento te has escondido, siempre he sabido la verdad, dejando a la luz todo lo que eres; ternura, amabilidad, cariño, amor, alegría, fuerza, valentía... Siempre quisiste verme feliz, en todo diste tu sonrisa por la mía, me la prestaste para que yo fuera feliz, para que fuera capaz de superar todas esas metas que a veces nos pone la vida. Me diste tu tiempo, tus palabras, me lo diste todo en cada conversación, en cada mirada, en cada momento. Dejaste tu posición a un lado, olvidaste quién eras para poder ser diferente, para que nuestra relación fuera algo más. Y así ha sido, ha llegado a puntos que no creía. Nunca pensé que conocería alguien así, alguien que pudiera hacerme feliz con solo su presencia, alguien que me enseñara, no solo materia, sino también los valores de la vida. Por fin he conocido a alguien  luchador, con ganas de vivir y sobretodo de ser feliz porque se lo merece después de haber estado sobreviviendo tanto tiempo....

Espera impaciente.

Cada día se sentaba en el mismo lugar del paseo, mirando hacia el mar a esperar. No sabía cuándo, no sabía cómo, pero tenía la seguridad de que vendría. Fumaba sin parar, leía, observaba y escuchaba atentamente la bravura de las olas rompiendo en las rocas, o la tranquilidad del océano en los días soleados. Había gente, mucha gente, que se quedaba mirando a él, al Loco de la Playa, preguntándose qué hacía ese hombre desde el amanecer al ocaso sin moverse de allí. Una tarde, a punto de esconderse el sol en la cuna del horizonte, llegó. Era tal y como él la había imaginado, su esperanza hecha realidad. La cogió de la mano cuando ella se la tendió y él sólo le preguntó, "¿está esperándome ella?". La respuesta que obtuvo fue la que anheló durante tanto tiempo, "cada día te ha observado y te ha esperado pacientemente, lo mismo que tú" Él sonriendo dijo, "por fin el para siempre se ha convertido en la eternidad, llévame a su lado". Aquella noche de lun...

Quien pudiera...

      ¿Quién podría creer en esto? ¿Quién imaginaba este vacío, esta impotencia? ¿Quién no quiso volver atrás y evitar? ¿Quién no habría arriesgado todo lo que tenía? Quien pudiera salvar... Maldito momento en que la vida nos pilló, maldito momento en el que te eligió a ti, la estrella que más brillaba. ¿Destino, casualidad, mala suerte? Aún no tengo claro qué...pero no lo merecías. ¿Quién brillaba más que tú? ¿Quién tenía esa sonrisa que deslumbraba?  Fue ese día cuando sin querer esa estrella se apagó. Por un tiempo fue la que mas brillaba, la que nos encandilaba, la que nos dejaba medio ciegos con solo mirarla. Esa estrella que todos queríamos seguir, que todos apoyábamos porque la queríamos siempre a nuestro lado, porque no queríamos que se apagara antes que nosotros. No fue justo, no merecía quedar en la oscuridad, merecía seguir brillando como la que más, nadie había luchado tanto como ella, nadie podía sonreír con su misma fuerza. No dec...

Seguro que tú también.

¿Quién no ha pensado en rendirse alguna vez? ¿Quién no ha querido dejarlo todo y no saber nada más? ¿Quién no se ha sentido sin fuerzas para seguir?  Una y otra vez, día tras día nos levantamos pensado qué podrá ocurrir, qué sorpresas, alegrías y tristezas nos esperan.  Humanos, eso es lo que somos, simples humanos que están aquí para vivir y que la vida les ha dado fuerza para ello... pero, ¿qué pasa cuando las fuerzas van decayendo?  Yo, afortunada, he podido aprender. He sabido que tenemos que ser fuertes, siempre, pase lo que pase. Nunca llegué a pensar que se podía ser tan fuerte, que se podía ser tan grande. ¿Motivos para hundirnos? Seguro que todos tenemos demasiados, pero también estoy totalmente segura de que todos tenemos algo por qué luchar, alguien por quien sonreír. Doy gracias, lo encontré y por ellos lo daría todo; se llaman amigos y se pronuncia hermanos. 'Los amigos son la familia que elegimos' dijo una hermana. ¿Qué haríamos sin tener al lado a e...

Ser o no ser, Carla supo qué hacer.

Ser o no ser. ¿Ser tú mismo o ser quién ellos quieren? ¿Qué  debemos hacer? Siendo tú mismo decides qué hacer, decides como ser. Pero nos arriesgamos a no ser aceptados, a ser los raros, a que no nos miren y sí lo hacen sólo es para cargar contra ti. Nos arriesgamos a no ser tocados por nadie, a que nadie nos quiera, a que nadie nos haga sentir y a vivir siempre solos, siendo nosotros mismos nuestros únicos compañeros. En cambio, si decidimos ser como ellos quieren todo es diferente, cambiamos y somos los  'guays' a los que todo el mundo quiere, a los que todo el mundo está pegado porque parece que si no están cerca de ti no son nadie. Carla, valiente, decidió empezar siendo ella. No le fue nada bien. Era la 'tontita' del grupo de la que todos se reían en cualquier momento. Era ella quién se quedaba sola a todas horas porque sus dos amiguitas decidían enfadarse con ella. Salía al parque, las buscaba y cuando las encontraba decidía ir a jugar con ellas. Pero si...

Fe, es una necesidad.

FE. Esa palabra que necesitamos en nuestra vida para seguir adelante. Pero, FE, ¿en qué?, ¿en quién? Creer lo increíble, eso desearía. Creer que llegaré al lugar que quiero, que obtendré lo que tanto he deseado, que tendré lo que considero merecer. Pero no creo, la racionalidad aflora y hunde a la FE. Creer en las personas, eso intento. Confiar en que no te fallarán, no te harán daño; que lucharán por ti tal y como tú lo harías por ellos sin pensarlo. El tiempo se permite el lujo de enseñarte que tu FE solo se la merecen algunos, entonces vuelve la racionalidad. Creer en la suerte, eso es más fácil No sé si se llama así, o es destino o simplemente la vida. Solo sé que yo me siento un juguetito en manos de un niño que decide si disfrutar con él o  meterlo en un cajón y olvidarlo. También puede desmontarlo, aunque luego ya no queda igual, y por ùltimo está la opción de romperlo, después de eso ya sí que es difícil rehacerlo. Creer en mí misma, eso haré. Soy yo la q...

Perdida por la alegría.

Perderme por esos caminos, no dejar que nadie me encuentre. Refugiarme en mis películas, en mis sueños; los que no van a fallar. Tratar con ellos, con los de verdad, a los que yo misma, en mi cabeza, he moldeado paso a paso con sus fallos para que no sean perfectos, con sus sentimientos para que me hagan sentir. Todo en orden. Todo preparado. Cama y dulces sueños, buenas noches. Duermo y por fin sueño. La alegría viene y va, juega conmigo y me hace feliz. Me enseña y me da. Me castiga y me libra. Me hace sentir, bien, mal. Me odia y me quiere, todo a la vez. Dice que lo hace así porque sabe que hoy estoy sola que no tengo a nadie pero ella misma se contradice, ahora me los da y los tengo cerca de mí; pocos, pero tengo. Me enseña a aprovecharlos, a aprender de ellos. Me da los mejores. Me pone retos, pruebas que intentan separarnos. Lo hace para ver qué tal voy. Las supero, le gano. Sigue uno tras otro, cada vez más complicado, yo cada vez más sabia, pero más cansada.  Me ...

No hay más miedo que cuando ya no sientes nada.

Dice una canción que no hay más miedo que cuando ya no sientes nada. Quizá ese sea su miedo, el miedo a estar vacía, a ser incapaz de sentir. Pero entonces ella se dice a si misma que siete cariño, odio, dolor, alegría, nostalgia, tristeza, miedo...pero, ¿qué hay del amor? Ha olvidado el significado de esa palabra, y, lo que es peor, ha olvidado lo que es sentirla. De repente llega a destinos que no imaginaba, a paradas que no pensaba hacer, paradas que creía perdidas. A su alrededor solo escucha que estar con alguien que es tu todo, es la vida, pero ese alguien no se muestra, está escondido y no quiere mostrarse. Ella cree que la felicidad está de su parte, pero, ¿está equivocada? Se lo pregunta, una y otra vez, y la vida es tan puta que no le responde. Solo la lleva, a la deriva, hacia no sabe donde. Sin embargo ella lo único que quiere es vivir, eso es lo importante, VIVIR, y no tener que sobrevivir en un mundo en el que todo es blanco o negro mientras ella vive su...

Con el tiempo ha mejorado. Ana y su familia son felices.

Recuerdo perfectamente la tarde en la que Ana me llamó llena de tristeza. Había sido un día duro y no lo podía demostrar con nadie porque todos estaban igual que ella y no quería preocupar más, no era un buen momento. Empezamos a hablar y me contó todo lo que había pasado, era un día importante, su hermana iba a comulgar dentro de poco y ese día tenían una pequeña celebración en la iglesia con todos los compañeros, sus padrinos y padres. Antes de ir allí, habían quedado todos juntos en casa de su abuela, dónde estaban sus padrinos preparándose para la celebración de la tarde. Todo iba bien, aunque había algo extraño, él, la persona más querida de la familia, estaba un poco raro, todos notaban que algo no iba bien incluso él, pero nadie sabía que pasaba. Decidieron avisar a un médico. Al irse, Ana notó que lo que estaba pasando era grave, nunca había visto así a su tío, derrotado, apoyando sus manos en las rodillas y mirando hacia abajo con los ojos llenos de lágrimas. Su tía, nervio...

Carla, Carla, Carla...

Anoche, mientras no podía dormir volví a pensar en ellos. Pensándolo bien me centré en Carla, la he estado observando durante estos días y me ha sorprendido. No sabía que todo esto lo iba a tomar así, no sabía que iba a ser capaz de olvidar por momentos lo que le hace daño y ser  feliz con solo dejar de pensar y vivir los buenos  momentos tal y como le vienen; geniales, llenos de risas y acompañados de la gente que le quiere. Creí que le iba a costar mucho más, pero lo está consiguiendo poco a poco, sin recordar mucho porque en el fondo duele, sin buscar explicaciones, sin hablar con nadie del tema para evitar estallar. Ríe en todo momento, vuelve a salirle esa risa tonta sin motivo, está dejando de lado los problemas, está centrándose en ella, le está empezando a hace caso a quién le dijo que pensara en ella, a quién le enseñó que a veces nos perdemos las mejores cosas de la vida concentrándonos en las peores y haciendo eso nos perdemos demasiadas cosas que de...

Y con esfuerzo lo conseguirá.

Anoche estuve pensando en ellos, en lo felices que eran al ser todo y al ser nada. Pensé en su sonrisa marcada al verse, pensé en esas miradas que se cruzaban y sin querer se decían de todo, pero lo que mejor se podía leer era ese 'estaré siempre, nunca me iré porque para eso estoy, para hacerte feliz, para que seamos felices juntos y que no nos haga falta nadie más'. Ella, Carla, había tardado en decidirse, no sabía porqué pero tenía miedo, no quería tomar una decisión, no quería saber que iba a pasar por si le volvían a hacer daño. Pero una vez más se decidió a intentarlo, pensó que él podía ser ese motivo por el que luchar cada día al despertar, pero parece que llegó tarde. Todas las muestras anteriores no habían servido de nada, todo lo dicho parecía haber sido borrado, parecía que él, Marcos, había dicho más de lo que sentía y ahora que ella ya estaba segura, quizá por miedo o quizá porque no sabía qué hacer, decidió que esas ilusiones se borraran, la dejó ahí, ilusi...

Tuvo que hacerse poco a poco.

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Vestida con un traje que no era suyo, con una ropa que ella misma había diseñado para salir a la calle sin tener ningún problema, sin que nadie le dijera nada. Así vivió durante muchos años, escondiéndose detrás de sus propios diseños ocultando su cuerpo herido. Le costó años tejer toda su ropa y todavía guarda algunas prendas que aún no están terminadas, pero que con mucho trabajo y esfuerzo algún día las terminará porque éste es el camino que ella eligió: seguir adelante sin dejar que ningún problema le detenga, siempre con una sonrisa. Llega el momento en el que sus manos están cansadas, heridas, y no puede seguir. Mientras logra curarse llevará las prendas que diseñó hace tiempo, aquellas que le ayudaron a salir a la calle sin ningún problema, aquellas con las que aprendió como debía ser. La niña iba cambiando, iba convirtiéndose en mujer. Conforme crecía su ropa era mejor, estaba hecha con mucha más experiencia, con mucha mayor dedicación ,y sobre todo, estaba h...

Ella nunca supo cómo y quién quería ser.

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Ella era pequeña, absurda, sin gracia. Ella pasaba desapercibida, nadie la miraba, apenas existía. Ella no sabía cómo actuar, no sabía qué decir, no sabía a dónde ir. Ella quería, amaba, deseaba, odiaba, sentía todo a la vez, todo lo que nadie sentía por ella. Ella se buscaba a si misma continuamente, nunca se encontró. Decidió algo difícil pero seguro: reinventarse. Cogía aquello que le gustaba de unos y de otros, así se hizo a sí misma. No había nada original, nada de ella. El vacío que sentía lo sustituyó por mentiras, por pensamientos que no eran suyos, por sentimientos que creía que otras personas sentían, por ideas que pensaban otros, frases que decían otros… Como si de un puzle se tratara se rehízo, pieza a pieza, uniéndolas en una sola para llegar a encontrar lo que quería: ser al menos mirada por unos ojos, nombrada por una boca, besada por unos labios, abrazada por unos brazos, tocada por unas manos. Había algo que ella no sabía, no estaba tan sola. Otros muc...

Aprender de los que saben.

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Necesito un guardián en esta cárcel que sepa que hacer cuando no pueda seguir.  Alguien que tenga la solución adecuada en cada momento o que al menos pueda ayudar para no volver a cometer el mismo error. El guardián ya no está, andamos en su busca, un día se perdió y decidió no volver, marchó sin dar una explicación y aquí nos dejó, solos para que fuéramos nosotros quienes lográramos salir adelante sin su ayuda.  Llega el momento de intentar salir en el que te das cuenta de que no puedes porque ya has gastado tus fuerzas antes y no queda nada para ahora...le necesitas a él para que te ayude a salir.  Necesitamos su ayuda pero no piensa volver, formamos parte del pasado. Sin él habrá que aprender, habrá que caer, habrá que levantarse una vez tras otra hasta poder conseguir nuestro objetivo. Así creceremos y algún día llegaremos a parecernos a él, quizá no lleguemos a saber tanto como él -es prácticamente imposible- pero puede lleguemos a ser algo en esta vida. No si...

Jugadores de póker.

Jugadores de póker parecen el olvido y la memoria. Las cartas somos nosotros y lo que se juegan no es otra cosa que nuestros recuerdos. A veces pierde el olvido, y la memoria ganadora nos castiga manteniendo recuerdos que nos atormentan, usando como excusa que el dolor nos hace más fuertes. Otras partidas las gana el caballero, llevándose recuerdos que luchamos por rescatar de ese pozo en el que los abandona, olvidando a veces él mismo que un día los dejó allí.  Cuando pierde el olvido no podemos hacer nada, únicamente aferrarnos al dolor que nos provocan esos amargos recuerdos, ser fuertes, e intentar seguir. Sin embargo, si el ganador es el caballero deberemos luchar de otra forma. Tendremos que ser fuertes para conseguir quedarnos con lo que de verdad queremos, con lo que de verdad sabemos que nos va a hacer feliz. Para ello habrá que centrarse y no dejarnos influenciar por nadie y sobre todo, pensar en nosotros, en lo que necesitamos para ganar la siguiente partida qu...

Silencio y soledad, amigos del dolor.

Sentirse sola rodeada de gente, sentir que teniéndolo todo no eres feliz y no sabes el motivo. ¿Qué buscar? ¿Qué encontrar? No hay respuesta… Conviertes tu mente en tu propia cárcel, esperas que llegue ese momento en el que un rayo de luz aparezca e ilumine la oscuridad en la que te crees inmersa, pero no encuentras hueco para que entre ese rayo, solo hay paredes a tu alrededor y no tienes fuerzas para derribarlas.  Crees que no hay nada más detrás de esas paredes cuando de verdad hay un mundo entero  del que estás perdiendo muchas cosas, pero todo te da igual, porque tu mente está cerrada y no ves más allá de tus oscuros pensamientos. Te sientes como si no valieras para nada y después de esto no hubiera nada más, como si esto fuera el fin que está llegando y no puedes pararlo. Silencio, es lo único que quiero. Soledad, es mi única compañera.  Silencio para callar pensamientos que a nadie le gustarían, verdades que podrían doler. Silencio para...

Un botón que no tenemos.

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La vida, debería tener un botón; un botón de pausa que al apretarlo, haga que todo se congele, se pare, haga que nos quedemos estancados en esos momentos que nos hacen felices, en esos momentos que para nosotros son únicos; los que realmente merecen la pena.  Disfruta de esos momentos porque en la vida no tenemos ese botón...

Wislawa Szymborska – El Terrorista

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La bomba va a estallar en el bar a las trece y veinte. Ahora son sólo las trece y dieciséis. Algunos todavía tienen tiempo para entrar. Otros, para salir. El terrorista ya caminó al otro lado de la calle. Esta distancia lo preserva de todo el mal. Y además un panorama como en el cine.: Una mujer con campera amarilla, ella entra. Un hombre de anteojos oscuros, él sale. Muchacho en jeans, ellos hablas. Las trece y diecisiete con cuatro segundos. El más bajo, este tiene suerte, se sube a la moto, y el más alto entra. Trece y diecisiete y cuarenta segundos. Una chica, ella camina con una verde en el pelo. Sólo que el colectivo de pronto la tapa. Trece y dieciocho. Ya no está la chica. Habrá sido tan tonta como para entrar, o no, se verá cuando los saquen afuera. Trece y diecinueve. Parece que no entra nadie. Al contrario, sale un gordo pelado. Parece que busca algo en los bolsillos y a las trece y veinte menos veinte segundos él se vuelve por los miserables guante...